El pasado 2 de octubre se presentó tanto en el Congreso de los Diputados de España como en la asamblea legislativa de Costa Rica la tercera edición de la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia, podríamos decir
un traspaso.
La Segunda Marcha Mundial partió de Madrid el 2 de octubre de 2019 y regresó allí el 8 de marzo de 2020.
La Tercera comenzará el 2/10/2024 desde San José de Costa Rica y finalizará allí el 5 de enero de 2025.
Veo la determinación de Rafael de la Rubia (creador y coordinador de la Marcha Mundial, durante las tres ediciones) al subrayar lo importante que es avanzar en el camino iniciado en 2009 frente a la profunda crisis humana, el gran clima crisis, con el progresivo aumento del uso de armas y con el gran peligro nuclear (a 90 segundos de la catástrofe atómica).
La alternativa es la extinción de la raza humana.
Observo la concreción de Martine Sicard (MSGV Francia, coordinadora para África) al precisar que actualmente es difícil imaginar un camino en el continente africano debido a su gran inestabilidad geopolítica.
Marco Inglessis (presidente de la asociación Energía para los Derechos Humanos) inspira esperanza de que podamos regresar a Europa desde Moscú y que se pueda lograr un paso a Ucrania.
Pero sobre todo hay muchísimo entusiasmo de América Latina, de Giovanny Blanco Mata (MSGV Costa Rica) y Cecilia Flores Avaria (MSGV Chile).
Todos esperan que cada vez más jóvenes participen en este viaje.
“Nos enamoramos de dos palabras, Paz y Noviolencia” así lo había escuchado en la promo de la primera Marcha Mundial en octubre de 2008 cuando decidí hacer un cambio en mi existencia y comenzar ese camino por momentos difícil y por momentos emocionante. El lunes me pedí estar allí otra vez.
Me vinieron a la mente las palabras de Montserrat Prieto (Mundo sin guerras y sin violencia, una de las principales almas de la Marcha Mundial).
“La experiencia que viví enriqueció mi vida. Es increíble la cantidad de gente que trabaja por la paz y la no violencia en todo el mundo. No lo podía creer la primera vez que nos encontramos durante la primera Marcha Mundial. No podíamos creer a las personas que conocimos en todas partes, en todos los países y de forma anónima. Todos están trabajando para marcar la diferencia. Y para nosotros está empezando. Requiere mucho esfuerzo, pero vale la pena. Vale la pena porque te hace cambiar de opinión y te da otra visión del momento."
Durante la segunda Marcha Mundial, cuando estábamos organizando una visita a los árboles bombardeados en Hiroshima, hubo un interesante intercambio de cartas. Discutimos la imagen misma de la Marcha Mundial.
Le escribí: “Para mí es el camino de los seres humanos, que se encuentran, dialogan, se comparan y tratan de caminar juntos. No es nada fácil con nuestras diferencias (culturales, históricas) pero nada es imposible si todos avanzamos hacia la paz con la no violencia. Me dijo: “Yo también veo la Marcha como un proyecto del pueblo.
Lo describe muy bien. Para mí es muy importante saber que todos los que participan en la Marcha lo hacen porque encontraron algo interesante en ella. El hecho de que puedas combinar tu voz con otras voces para hacerla más fuerte, pero aún así tu voz..."
Cada día escuchamos sobre el empeoramiento de las situaciones de conflicto en el mundo, cada día nosotros mismos estamos cada vez más en "guerra" con nosotros mismos, la Marcha Mundial es esa esperanza de que encontrándonos, conociéndonos, uniendo fuerzas todo es posible. .
Y con esta esperanza me encaminé hacia la Tercera Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia.